viernes, 3 de enero de 2020

Los Salzillo del siglo XXI recrean la historia de Benicarló


La ruta de los pesebres es uno de los atractivos de la Navidad de Benicarló. Desde que se creó el itinerario, más de una veintena de asociaciones y particulares abren sus casas y sedes e invitan a la ciudadanía a visitar los belenes que han confeccionado. Cada montaje navideño tiene un sello especial, el que le imprimen con mimo sus hacedores; cada escena o diorama refleja la esmerada dedicación, creatividad y delicada labor que han invertido en su montaje. Todos los pesebres tienen su encanto, pero el belén de Mariano Iborra y el de  l'Associació Betlemística del Baix Maestrat-Secció Benicarló tienen un valor añadido. La particularidad de ambas creaciones es que reúnen en pocos metros cuadrados la historia de Benicarló y de sus edificios y personajes más emblemáticos.

Mariano Iborra junto a su creación.

Belén monumental de l'Associació Betlemística Baix Maestrat-Secció Benicarló, expuesto en el Mucbe.

El belén de Iborra es mucho más que un viaje en el tiempo por un Benicarló en miniatura; es una obra de arte que atesora los recuerdos de generaciones y que guarda intacta la capacidad de sorpresa y las sonrisas de los más pequeños, esos que, ojipláticos observan como Melchor, Gaspar y Baltasar avanzan hacia el altar mayor de la parroquia de San Pedro Apóstol, para rendir culto al Cristo del Mar. La escena, de un realismo hipnótico, puede verse también a través del rosetón de la fachada. La misma exactitud en el diseño se aprecia en el templo de Sant Bertomeu y en el que, al caer la noche, se ilumina hasta la estrella del campanario y voltean las campanas mientras el sonido de su repicar inunda la estancia.
Interior de la réplica de la Iglesia de San Pedro Apóstol.

Escena nocturna del templo de Sant Bertomeu y del Cristo del Mar.
En la siguiente habitación continúa la magia y junto a la ermita de San Gregorio, un enamorado obsequia la típica "paperina" de dulces  a su amada. Unos centímetros más atrás se levanta el Mercat Vell, el antiguo y desaparecido recinto donde, antaño, los comerciantes acudían a vender sus productos. En el fondo, el pregonero, trompetilla en mano, se dispone a anunciar el bando municipal con su característica cantinela junto a otro añorado espacio: la plaçeta dels peixets.
Tampoco faltan aquellos comercios que hicieron historia, como la mercería Sión, o algunos que, aún hoy, continúan abiertos, como calzados Bama o La Jijonenca.
El nacimiento, como no podía ser de otra forma, se recrea en una humilde y típica sénia muy popular en Benicarló, pues no es otra que la de Pau, y que sirvió de inspiración al cuento que escribió Jaume Rolíndez y que cada año representa la Asociación L'Estel del Collet.

En el montaje de Iborra aparece la desaparecida plaçeta dels peixets.

En primer término, la ermita de Sant Gregori y, al fondo, el Mercat Vell.

El nacimiento en la humilde sénia de Pau, en la partida El Collet.

Mariano Iborra lleva casi una década montando el belén, "voy introduciendo cambios; de hecho, cuando rehabilitaron el templo de Sant Bertomeu y descubrieron las molduras que había en las cornisas, tuve que añadirlas a la maqueta para que la reproducción fuese exacta", apunta.
Tampoco es el único belén en el que trabaja; Iborra es uno de los fundadores de  l'Associació Betlemística del Baix Maestrat-Sección Benicarló y participa activamente en la instalación que los miembros de la entidad confecciona cada año y que, en esta ocasión, es el momumental belén que se expone en el Mucbe, siendo otro de los pesebres más visitados y en el que, haciendo un guiño al imaginario colectivo, también se pueden encontrar recreaciones históricas de la localidad.

El belén del Mucbe es otro de los más visitados.

Típicas construcciones agrícolas.


Junto a Iborra, todos los participantes de la entrañable ruta de los pesebres, cada uno aportando su buen hacer y su particular visión del cristiano acontecimiento, han convertido en arte uno de los actos más tradicionales de estas fechas, como es el de montar el belén, y bien puede afirmarse que son dignos sucesores de Francisco Salzillo.